El número de trabajadores que regresan al trabajo sin padecer los síntomas de depresión postvacacional ha aumentado en 14 puntos porcentuales respecto al año anterior, según ha evidenciado el Informe Randstad sobre el estado anímico a la vuelta de las vacaciones.
Esta patología que presentan algunos trabajadores tras disfrutar de su descanso anual es un trastorno que “dificulta la adaptación al nuevo ritmo laboral y se manifiesta en irritabilidad, insomnio o tristeza”, manifiestan desde Randstad. Además, puede ocasionar “dolores de cabeza, alteraciones en el apetito o desmotivación”, añaden.
El estrés que provoca la reincorporación al puesto laboral provoca en los trabajadores una desazón que hace que éstos, en su mayoría, necesiten “entre una y dos semanas para adaptarse y desarrollar su actividad profesional con normalidad”, explican los expertos.
Ante ello, Randstad recomienda que los empleados se marquen “objetivos sencillos” en la primera semana de trabajo. Además, aconsejan ser positivos y constructivos, planificar tareas y establecer un orden de importancia, y tener una comunicación fluida con el resto de compañeros. “Esta primera toma de contacto posibilitará conocer de inmediato y de primera mano los temas más urgentes”, significan.