Lo anunció recién aterrizado en el Ministerio de Justicia y muy pronto veremos cómo toma cuerpo. Alberto Ruiz-Gallardón ya avanzó a finales de enero la más que probable instauración de la prisión permanente revisable para delitos de especial gravedad, «supuestos muy restringidos» que hayan alcanzado «el máximo grado de repulsa social», aunque en ese momento no concretó los mismos ni, por tanto, a quiénes se les podría imponer tales penas. Sí lo hizo poco después, en el transcurso de un desayuno informativo, cuando ya especificó que esa medida sólo se aplicará como «mecanismo excepcional» para delitos de terrorismo de especial gravedad.
Esa modificación se incluirá en la reforma del Código Penal, cuyo borrador de anteproyecto llevará Justicia al Consejo de Ministros el próximo mes de septiembre, según confirmaron fuentes próximas al Departamento que dirige Gallardón. Sin embargo, ello no significará que la prisión permanente revisable pueda aplicarse de inmediato a los etarras que cometiesen delitos de especial gravedad, ya que antes debe pasar el texto por un recorrido de informes y posibles modificaciones, antes de que inicie su trámite parlamentario para debatirse en el Congreso y Senado. Y, en todo caso, nunca se podía aplicar con carácter retroactivo.