El Gobierno se ha cuidado muy mucho de guardarse las espaldas en el Plan Presupuestario 2013-2014 de cara a tener que acometer futuros recortes presupuestarios. Y los funcionarios están en ese disparadero de salida. El documento remitido el pasado 3 de agosto a Bruselas contempla -en su página 26- que "se extiende la jornada laboral del sector público estatal a las 37,5 horas semanales como mínimo".
De esta forma, el Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas que capitanea Cristóbal Montoro se reserva la posibilidad de ampliar aún más las horas semanales que trabajan los empleados públicos después de incrementar su jornada laboral de 35 a 37,5 horas semanales en el primer gran ajuste del Gobierno de Mariano Rajoy anunciado el pasado 30 de diciembre y recogido, tres meses más tarde, en los Presupuestos de 2012.
El Ejecutivo abre esta puerta en un Plan Presupuestario que, en líneas generales, recoge la posibilidad de llevar a la práctica nuevos recortes. "Si persistieran elementos de riesgo que pusieran en peligro el logro de este objetivo, el Gobierno aprobaría nuevas medidas de ajuste", reza el texto.