Hoy se ha escenificado en el Parlamento de Cantabria, en el último Pleno de la legislatura, la designación de la terna de candidatos para cubrir una plaza de magistrado en el Tribunal Superior de Justicia de Cantabria. Una designación que despertaba mucha expectación por la noticia que se había hecho pública hace dias: Vicente Mediavilla, consejero de Presidencia y Justicia del actual Gobierno regional y presidente del Comité Local del PRC en Santander, anunciaba su intención de presentarse a ocupar la vacante y abandonar la política para dedicarse a la jurisprudencia.
Además de Mediavilla, apoyado por el PRC (claro), otros dos candidatos lo acompañarán en la terna, propuestos por PSOE y PP respectivamente. La última palabra la tendrá el CGPJ, que se prevé que tome su decisión en su reunión del mes de abril.
Las pretensiones de Mediavilla han provocado un gran revuelo político y mediático. Las cuatro asociaciones judiciales y la Asociación Profesional de Fiscales de Cantabria han mostrado su "malestar" y recuerdan que "en la selección de quienes se propongan para detentar tan alta función debería salvaguardarse a toda costa la imagen de independencia de los candidatos, imprescindible para la confianza del ciudadano y presupuesto indispensable del recto ejercicio de la función jurisdiccional en un Estado de Derecho caracterizado por la separación de poderes".
La cuestión de la separación de poderes es también tratada en el digital Cantabria 24 horas.com, de donde traemos unas acertadas frases escritas por Liberto que compartimos por su claridad y sencillez:
“Desde un punto de vista formal de la separación de poderes, no es ética ni estética, aunque pueda ser legal, que lo es” … “No puede pasarse del coche oficial de consejero a magistrado de una sala especial del TSJC que, además, tendría competencia sobre los aforados (entre ellos sus oponentes políticos hasta ahora)” … “Es indudable que Mediavilla podría optar a este puesto pasado un tiempo y lejos ya de la actividad política partidista, pero no ahora. Sale contaminado para una responsabilidad que exige credibilidad de independencia y apartidismo.” … “Podríamos entender que Mediavilla mantuviera el puesto para ser, dentro de unas semanas, Defensor del Pueblo, por ejemplo. En este caso, se podría afirmar que no sería estético, pero no más. Pero para acceder a magistrado, nos parece un espectáculo no deseable para el Estado de Derecho, más cuando la independencia judicial está muy cuestionada por los ciudadanos.”