Se acerca el aniversario de la puesta en marcha de la Nueva Oficina Judicial -día 10 de noviembre- y la Junta de Personal de la Administración de Justicia en Burgos ya ha decidido convocar una concentración ese día para protestar por su mal funcionamiento. Ha pasado casi un año y «no es la locura de noviembre de 2010, pero continúa con los mismos problemas de falta de coordinación de entonces», señala Alberto Arroyo, representante de los trabajadores por el sindicato STAJ. Hasta el punto, recuerda, que los secretarios judiciales -los máximos defensores de la reforma- «piden ahora más recursos humanos y más medios materiales para sostener» el nuevo modelo.
Las mejoras que la Nueva Oficina Judicial ha experimentado en su funcionamiento en estos meses han sido gracias, «sobre todo, al aumento de plantilla derivado de la contratación de personal interino de refuerzo», señala Arroyo. En estos momentos hay 28 trabajadores más que cuando se puso en marcha este modelo organizativo, «y sin ellos no sería sostenible». Los funcionarios advierten de que la actividad de la oficina -más lenta que hace un año- decaería de nuevo a muy bajos niveles si el Ministerio prescinde de esos empleados de refuerzo. Su contrato, recuerda Arroyo, concluye el 30 de noviembre y «por el bien de la justicia en Burgos más vale que el Ministerio los renueve».
Sobre la petición de los secretarios de más medios y más recursos, Arroyo indica que su «postura era ya indefendible, porque no saben cómo justificar el mal funcionamiento de la oficina». Carmen Velázquez, decana del Colegio de Procuradores de Burgos, está de acuerdo y declara que «ahora se dan cuenta de que el modelo echó a andar sin estar preparado».