Hartos ya de estar hartos, los magistrados del Tribunal Constitucional han adoptado una drástica decisión: o se renuevan las plazas que ya han cumplido su periodo y se cubre la vacante existente o el Pleno "adoptará las medidas que están en su mano, por muy drásticas que sean, para oponerse a esa indeseable situación".
Así lo ha expresado el Pleno del Constitucional en un acuerdo adoptado esta mañana por unanimidad de los once magistrados que lo componen desde el fallecimiento en 2008 de Roberto García-Calvo, cuya plaza sigue sin cubrirse por la incapacidad de los dos grandes partidos para llegar a un acuerdo en el Congreso de los Diputados.
La Cámara baja también debe renovar a otros tres magistrados -Eugeni Gay, Javier Delgado y Elisa Pérez Vera- cuyo mandato de nueve años concluyó en noviembre de 2010 y que "llevan ya más de diez años y medio ejerciendo como tales porque el Congreso de los Diputados no cumple el deber de renovar el tercio que le corresponde", dice el Constitucional en su acuerdo.
Entre las "medidas drásticas" que se pueden adoptar está la dimisión de varios magistrados para impedir que haya quórum y así paralizar el Tribunal, o bien de todos los magistrados en bloque, lo que sería aún más radical.