El futuro de un millar de empresas sevillanas, abocadas por la crisis al concurso de acreedores, depende de dos juzgados que acumulan una carga de trabajo "inhumana". La situación es de tal gravedad que ha llevado a alguno de los magistrados destinados en los dos juzgados de lo Mercantil de Sevilla a "rebelarse" y denunciar en las sentencias que firman las penurias por las que pasa esta jurisdicción.
La acumulación de procedimientos ha incrementado, al mismo ritmo, las demoras en la resolución de los asuntos, hasta el punto de que se están experimentando enormes retrasos y la pendencia no deja de aumentar.
Los juzgados de lo Mercantil ingresaron en 2013 algo menos de 400 concursos de acreedores, pero no llegaron a resolver ni 300 debido al atasco que sufren y a los que ya tenía pendientes de años anteriores.