Según fuentes del Gobierno, Cristóbal Montoro ha dado orden a su equipo de restituir o, al menos, compensar en la medida de lo posible las medidas de austeridad aplicadas sobre las plantillas del sector público en los últimos años antes de que se celebren las distintas elecciones previstas para 2015.
En un contexto de inflación mínima o en negativo, el Gobierno se inclinaría en un principio por mantener la congelación de las retribuciones. Pero, si la devolución de la paga extra aplazada en 2012 se constatase como un gesto insuficiente con el colectivo, no se descarta explorar algunos incrementos salariales que no pongan en peligro el equilibrio presupuestario.
En los informes que maneja estos días el ministro de Hacienda se plantea incluso un proyecto de carrera profesional que, entre otras ventajas, incluya subidas de sueldo mediante complementos de productividad.
Dentro de los esfuerzos de consolidación fiscal del Ejecutivo, el Gobierno mantiene congelado el sueldo de los funcionarios desde 2011. Concretamente, el sueldo de los empleados públicos no ha subido en los años 2011, 2012, 2013 y 2014. A eso, hay que sumar el recorte salarial de entre el 5% y el 7% que aplicó el Gobierno de Rodríguez Zapatero en 2010, y la supresión de la paga extra de Navidad decidida por el Ejecutivo de Mariano Rajoy en 2012.