El Gobierno estudia medidas con las que poder dar una pequeña alegría a los funcionarios de cara a las elecciones de 2015. Después de cuatro años de pérdidas de poder adquisitivo en las nóminas de los empleados públicos, el Ejecutivo popular podría plantear algún tipo de compensación por la paga extra de Navidad suprimida en 2012 y que Montoro prometió restituir en el 2015 siempre que hubiese disponibilidad presupuestaria.
Hasta principios del verano, nunca hubo visos de que dicha paga extra se pudiera devolver, ni siquiera una pequeña parte. Sin embargo, en una reunión con los representantes sindicales en julio, el secretario de Estado de Administraciones Públicas, Antonio Beteta, explicó que por fin empezaba a "haber mimbres con los que alcanzar un acuerdo", lo que implicaba que podría brindarse algún caramelo para contentar a un colectivo que ha sufrido en sus carnes las políticas de austeridad. A saber: cuatro años de congelación salarial, una o más pagas extras suprimidas, un recorte del sueldo del 5% de media en 2010, más horas de trabajo y menos días libres.
No obstante, las fuentes consultadas descartan que estos esfuerzos por brindar algún tipo de compensación se puedan concretar fácilmente en una subida de sueldos.