martes, 10 de marzo de 2015

Catalá dice a notarios y registradores que está harto de negociar sin avances

El ministro de Justicia, Rafael Catalá, el decano del Colegio de Registradores, Gonzalo Aguilera, y el presidente del Consejo del Notariado, José Manuel García Collantes, mantuvieron una tensa reunión en la que el ministro les mostró su hartazgo con las dos corporaciones "harto de negociaciones en las que no se avanza nada".

Así lo han confirmado fuentes del Ministerio de Justicia tras el desencuentro que se produjo en el acto de toma de posesión de los nuevos registradores. El ministro llegó a adelantarles la posibilidad de funcionarizar a los registradores y de liberalizar a los notarios, tal y como ha sucedido en Francia con la Ley Macron, que rebaja las tarifas y permite la libre apertura de despachos notariales, e Italia, donde se han eliminado los aranceles.

En el acto de toma de posesión, el pasado martes, el decano de los registradores, Gonzalo Aguilera, anunció al ministro que el Colegio paralizaba la implantación del Registro Civil hasta que el Ministerio de Justicia garantice financiación suficiente. El ministro le avisó que "no admito chantaje de nadie" y añadió que "ya estoy harto de negociaciones y de no avanzar nada".

Horas antes de esta celebración se había filtrado que el Grupo Popular no había admitido las modificaciones más "importantes de las propuestas por el Colegio a las enmiendas que presentará en el Congreso de los Diputados al Proyecto de Ley de medidas de reforma administrativa en el ámbito de la Administración de Justicia y del Registro Civil".


El Consejo de Ministros ha aprobado este pasado viernes el Real Decreto sobre Demarcación Notarial, que ajusta el número de notarías. La disminución de la actividad económica en los últimos años ha reducido el número de transacciones, fundamentalmente en los sectores inmobiliario y financiero, con la consecuente caída de la demanda del servicio notarial. 

Esta circunstancia, según Justicia, obliga a acomodar la plantilla notarial a la realidad actual, reordenando territorialmente las notarías existentes, creando otras nuevas y, en su caso, suprimiendo las que se consideran innecesarias.