De los 35.583 nacimientos que fueron inscritos en los Registros Civiles en julio, sólo en 193 se antepuso el apellido de la madre, a pesar de que en ese mes echó a andar la reforma que puso fin a la preferencia del apellido paterno por defecto, cuando no hay acuerdo entre los progenitores.
Ya en 1999 se reformó la ley para que se pudiera alterar el orden de los apellidos, es decir que se pudiera poner el de la madre en primer lugar si los padres lo consensuaban. Unos 23.000 menores españoles llevan de primer apellido el de su madre desde que se aprobó esa normativa que permitió a los progenitores, solo si había consenso, invertir el orden tradicional de los apellidos, en el que prevalecía el del padre, según datos de la Dirección General de Registros y Notariado.