Según la Asociación Española de Empresas Gestoras de los Servicios de Agua a Poblaciones (AGA), la Administración Pública gasta 50 millones de euros al año en comprar agua embotellada para reuniones, entrevistas, encuentros o seminarios.
El Congreso de los Diputados subvenciona el vino, el cava o el vermouth. La polémica generada sobre el gin-tonic de la Cafetería del Parlamento no ha evitado que otras bebidas sigan despachándose a precios artificialmente bajos, cortesía del contribuyente.
El Gobierno de Rajoy aún no ha extinguido la sociedad pública creada en 1992 para celebrar el Quinto Centenario del Descubrimiento de América. Así lo ha reconocido la vicepresidenta Sáenz de Santamaría, que en su día puso este ente público como ejemplo del despilfarro vigente en la administración paralela.