Al dicho o hecho con que se pretende desorientar a alguien para que no advierta el engaño de que va a ser objeto se le llama en español "cancamusa" y, aunque el término está en desuso, describe a la perfección la principal actividad de buena parte de nuestros representantes políticos. Maestros en usar y propagar "cancamusas", algunos selectos miembros de nuestra clase dirigente las preparan y difunden con una habilidad tal que pareciera que ejercer la actividad política no es sino doctorarse en este dudoso arte de desorientar primero para engañar después.
Permítanme que les ponga un ejemplo de actualidad (jurídica, por supuesto):
Recientemente se ha presentado por el ministerio de justicia una propuesta de Ley de Planta Judicial que en su artículo 9 dice:
"Los Tribunales de Instancia tienen su sede oficial en la capital de la provincia."
La misma propuesta añade en su disposición adicional 5ª
"Sin perjuicio de lo establecido en los artículos 8 y 9, en tanto las sedes de los Tribunales Superiores de Justicia y Tribunales de Instancia no estén suficientemente dotadas de medios y servicios necesarios para el desempeño de sus nuevas competencias, con carácter provisional podrán utilizarse los edificios destinados a la Administración de Justicia existentes en el territorio provincial.
2. No obstante lo anterior, a partir de la entrada en vigor de la presente ley las inversiones en medios materiales que se lleven a cabo por las instancias competentes deberán dirigirse inequívocamente a consolidar la efectividad de la nueva planta judicial."
Naturalmente esta propuesta de Ley de Planta ha provocado la inmediata reacción de multitud de poblaciones de España, pues supone que se dejará a la mayor parte de ellas sin juzgados obligando a sus habitantes a acudir a pedir justicia a bastantes kilómetros de distancia, empeorando el servicio y aumentando los costes de los juicios para los administrados sin que se acierte a encontrar ventaja alguna. Pero la enorme necedad que es esa ley no constituye el objeto de este post, el objeto de este post es poner de manifiesto la mentira, el engaño, la "cancamusa" con que los partidarios de la propuesta de Ley de Planta tratan de desorientar a los españoles para que no adviertan el engaño de que van a ser objeto.
¿Observan el detalle? El ministro no responde por ejemplo que "se mantendrán los juzgados y tribunales de Vigo", lo que dice es que "no supondrá el cierre de ninguna sede judicial" lo cual, aunque parece lo mismo no lo es; así pues: estén atentos a la farsa, no le quiten ojo a la cancamusa. El ministro —la mano es más rápida que el ojo— en su respuesta nos lee el primer párrafo de la disposición transitoria 5ª, nos oculta el segundo párrafo y trata de hacernos creer que "no cerrar edificios" es lo mismo que "mantener los órganos judiciales": La ambigüedad calculada, la cancamusa maestra.