El objetivo de acabar con el papel en la Justicia a partir del 1 de enero de 2016 es, de momento, un fracaso sin paliativos. Nadie habla bien del sistema de notificación digital Lexnet y, ante sus repetidos fallos, hay jueces que han empezado a cortar por lo sano.
El juez decano de Marbella acordó el 16 de enero pedir a los abogados y procuradores de su partido que, además de enviar los asuntos por el programa, los presenten físicamente, algo que tienen que hacer estos operadores jurídicos "ante la escasez de suministro de papel suficiente para la impresión de los escritos presentados" por internet.
Eso ocurre en Marbella, pero en la capital los problemas tampoco son menores. El decano del Colegio de Procuradores de Málaga fue contundente: "Si te digo que funciona mal, me quedo corto". Asegura que los profesionales pasan una hora y media cumplimentando los campos y ajustando los documentos escaneados, "un suplicio", y luego, a la hora de enviar las demandas, "la plataforma funciona mal, porque sólo carga 10,2 megabytes, y sólo manda los folios hasta esa capacidad. El resto hay que imprimirlo o llevarlo en CD al juzgado".
STAJ aseguró que el proyecto es un "desastre" y la lista de incidencias, "infinita".