La unidad sindical que, al menos aparentemente, había caracterizado el conflicto en la Administración de Justicia de Galicia, ha sido rota cuando cuatro de los siete sindicatos integrantes del comité de huelga han negociado con la Xunta a espaldas del resto las condiciones de lo que ya está siendo calificado como una rendición y traición al colectivo, pues los puntos del preacuerdo alcanzado por ellos no satisfacen las aspiraciones de los trabajadores y se alejan mucho de los objetivos iniciales, que tan firmemente defendieron hace casi tres meses esos mismos sindicatos que ahora abandonan el barco.
Por desgracia, no es la primera vez que esos mismos sindicatos abandonan a los funcionarios, baste recordar anteriores huelgas de años pasados, donde unos de manera expresa y otros por omisión dejaron que la Administración impusiera acuerdos muy insuficientes y que no gustaron nada a los funcionarios.
En Galicia, para colmo, han tratado de aparentar que respetan la voluntad de los funcionarios sometiendo el preacuerdo a una votación que no ha gozado de las más mínimas garantías democráticas -ellos mismos han controlado y contado los votos- y que, por ello y porque la mayoría de funcionarios se han sentido traicionados por esos cuatro sindicatos, han recibido el sonoro rechazo de muchos trabajadores en el momento de la votación.
Y a pesar de todo, los funcionarios han rechazado el acuerdo de forma mayoritaria, pero esto a los cuatro sindicatos convocantes no les ha gustado y ahora, ellos mismos que no garantizaron el derecho al voto a todos los funcionarios ni aseguraron la transparencia del proceso, se quejan ahora de poca participación -a pesar de que han sido más votantes que en votaciones precedentes en el mismo conflicto- y de que han sido insultados y amenazados, culpando de ello a los sindicatos que no hemos traicionado ni a ellos ni, sobre todo, a los trabajadores, a los que seguiremos defendiendo.
Más allá del resultado de la votación, lo que queda patente es la traición perpetrada por unas organizaciones que dicen defender a los funcionarios. Este triste episodio demuestra precisamente lo contrario.
Como explicó Enrique Araújo, de STAJ, los resultados muestran que el colectivo de trabajadores "dijo no a esa propuesta, quiere una mejor propuesta y quiere luchar por ella". Lo que tienen que hacer los sindicatos es asumir ese resultado y ponerse a negociar desde ya para buscar una solución", conminó, al tiempo que instó a la Xunta a no ser "inamovible". "Queremos que la Xunta de un paso al frente para acabar con esto esta semana si es posible", señaló. Al propio tiempo reclamó "a partir de ahora unidad sindical para defender la votación que salió el viernes pasado y la propuesta que hicimos en conjunto a la Xunta" el pasado 18, con especial énfasis, reconoció, en la cláusula que garantiza el mantenimiento del cuarto puesto.