La ropa falsificada será producto de un delito cometido por mafias organizadas, pero puede tener un destino mucho más útil que la hoguera. Así lo ha entendido la titular del Juzgado de lo Penal nº 1 de Vigo, que -en contra de la voluntad de varias marcas afectadas- ha ordenado entregar a una orden benéfica que atiende a indigentes decenas de sudaderas y otras prendas comercializadas por internet e incautadas a dos hombres de Vigo. Eso sí, esta ONG está obligada a eliminar los logotipos de la ropa incautada con tinta indeleble.
La ley de marcas de 2001 prevé "la destrucción o cesión con fines humanitarios, si fuere posible" de productos ilícitamente identificados con una marca, igual que la Ley de Enjuiciamiento Criminal. Pero generalmente se opta por su destrucción. Ocurre, pero no es lo más usual que la justicia opte por un destino benéfico. La magistrada de Vigo lo decidió así el 14 de noviembre "dado el ínfimo valor" de las prendas intervenidas, y dado que "su realización por otro medio sería antieconómica".