Hoy nos reunimos con el Ministerio de Justicia para tratar las reformas que está preparando de cara a la desescalada y el previsible colapso de los juzgados. No nos ha trasladado ninguna propuesta por escrito y nuestras únicas referencias son las que han ido publicándose estos últimos días por los diferentes operadores.
Las asociaciones representativas de la judicatura han lanzado sus respectivos manifiestos corporativos. Los fiscales, por su parte, también han expuesto unas recomendaciones de corte corporativo, centrándose sobre todo en los intereses de su colectivo. Las asociaciones de letrados de Justicia centran asimismo sus recomendaciones en que se potencie y mejore a su colectivo y se atreven a afirmar que solo gracias a ellos funciona la Justicia.
Los notarios reclaman la privatización de una parte de la Justicia, con el fin de adjudicársela ellos y poder compensar su bajada de facturación por la crisis. Procuradores y abogados, como es lógico y comprensible, solicitan la máxima celeridad en la reactivación de los trámites y la resolución de sus peticiones.
Ha llegado el turno de que escuchen al grueso del personal de Justicia y esto es lo que les queremos decir:
Tramitadores, Gestores, Auxilios Judiciales, Forenses, Facultativos y Ayudantes de Laboratorio representamos cerca del 70% de la maquinaria judicial. Una maquinaria que sin nosotros no sería capaz de absolutamente nada, la adecuada prestación del servicio de Justicia depende principalmente de nuestra profesionalidad y dedicación.
Habitualmente somos los primeros en llegar al trabajo y los últimos en irnos, y en la inmensa mayoría de casos asumimos muchas más funciones de las que nos corresponden, dedicando a nuestro trabajo un esfuerzo bastante superior al previsto para el sueldo que nos pagan.
Es cierto que contamos con muchos jueces, fiscales o LAJs que son grandes ejemplos de profesionalidad y calidad humana, y estos consiguen que sus respectivos órganos se conviertan asimismo en ejemplos de trabajo en equipo, rendimiento y efectividad.
Lamentablemente, también abundan los casos contrarios, en los que algunos responsables aparecen poco por allí, pretenden delegar prácticamente todas sus funciones y adoptan posturas caciquiles o prácticas de acoso totalmente intolerables, que desde STAJ ya hemos denunciado incluso por la vía penal y lo seguiremos haciendo siempre que haga falta.
Los funcionarios de Justicia queremos trabajar y prestar ese servicio que es nuestra razón de ser. Lo hemos demostrado reiteradamente y lo volveremos a demostrar las veces que haga falta.
Que no intenten ahora echarnos las culpas a nosotros de la falta de previsión de la administración respecto a las medidas de prevención o de los medios materiales e informáticos necesarios para que podamos hacerlo. que no intenten algunos jefes escudarse en nosotros para justificar lo injustificable y estirar como un chicle sus más que dudosos privilegios.
Y que no intenten cargar en nuestras espaldas todo el peso de esta crisis porque no lo vamos a consentir y no tendremos ningún reparo en airear sus vergüenzas a los cuatro vientos explicando bien clarito a la opinión pública cuales son los verdaderos problemas de la Justicia.