Las ayudas del Gobierno andaluz a los sindicatos y a las asociaciones de trabajadores autónomos sirvieron para acallar las críticas de estas organizaciones a la Junta de Andalucía. Todo ocurrió entre 2007 y 2012, los años en los que el Ejecutivo repartió subvenciones millonarias fiscalizadas por la Cámara de Cuentas de Andalucía.
Comisiones Obreras, UPTA (Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos) y la ATA (Asociación de Trabajadores Autónomos), fueron las más beneficiadas de las ayudas entre 2008 y 2010. El sindicato liderado en Andalucía por Francisco Carbonero recibió en 2010 una subvención de 1,1 millones de euros, mientras que en el mismo período UPTA recibió idéntica cantidad. ATA, mientras tanto, consiguió en 2009 una cantidad de 780.000 euros por "asistencia y asesoramiento técnico al trabajo autónomo".