Como hemos informado en reiteradas ocasiones, los sindicatos STAJ, CSIF y UGT suscribimos en julio un preacuerdo con el Ministerio de Justicia, fruto de casi dos meses de negociaciones en el seno de la mesa sectorial, que garantizaba los derechos de los funcionarios de justicia puestos en riesgo en la redacción originaria del Anteproyecto de LOPJ presentado por el Gobierno. De ese preacuerdo se desmarcaron otros sindicatos presentes en la mesa sectorial (ELA y CIG ni siquiera quisieron negociar, y CCOO rehusó firmarlo).
No vamos a repetir los puntos que aquel preacuerdo recoge, nos remitimos a las informaciones que ya hemos facilitado en numerosas hojas informativas. A pesar de ello, hay un sindicato, CCOO, que insiste de forma irresponsable no sólo en no suscribir el preacuerdo, sino en atacarlo duramente y de forma incansable (más bien cansina). Pero se le acaban los argumentos. Primero pidieron cosas que saben que son imposibles y que, además, nunca estuvieron en la LOPJ actualmente en vigor (Ley que, por cierto, fue pactada íntegramente con CCOO en el año 2003, con todo lo bueno, y todo lo malo).
Después han tachado de "ambigua" la redacción del preacuerdo, a pesar de saber que no es cierto y que, precisamente, el acuerdo definitivo sólo será posible si el texto que sea llevado al Consejo de Ministros contiene sin género de dudas todo lo que figura en el preacuerdo.
Lo último -y más sorprendente-, es que CCOO dice haber denunciado al ministerio por vulneración del derecho a la libertad sindical porque no les está llamando para la preparación de ese acuerdo definitivo... ¡Pero si ellos se han autoexcluído previamente! Quieren estar fuera y dentro, al mismo tiempo.
En realidad, el fondo de esa denuncia no es que en CCOO sientan vulnerado el derecho a la libertad sindical, sino que saben con certeza que el articulado de la LOPJ va a recoger todas las garantías, mantenimiento de partidos judiciales, juzgados -oficinas- de Paz, puestos de trabajo, carácter municipal y no provincial de los mismos, prohibición de movilidad geográfica ordinaria forzosa, y todo lo demás que el preacuerdo garantiza sobradamente. Y quieren que parezca que es gracias a ellos. Para eso, su último cartucho es estar en unas reuniones de las que, insistimos, sólo ellos se han autoexcluído.
La realidad es otra: STAJ, como siempre, ha actuado con responsabilidad, sin demagogias, sin hacer política, y por ello ha logrado, junto con el resto de sindicatos firmantes del preacuerdo, dar un giro de 180 grados al anteproyecto de LOPJ. Esa es la verdad, por más que le pese a CCOO. Tuvieron la oportunidad de participar en ello, pero en su balanza pesaron más las presiones políticas que reciben, que el interés y los derechos de los trabajadores a los que, se supone, deberían defender. No es la primera vez que sucede algo parecido.