Para conocer los motivos que han llevado a la Dirección General de Registros y Notariado, dependiente del Ministerio de Justicia, a encargar esta tarea a una empresa privada, Llamazares ha registrado una batería de preguntas escritas al Gobierno en el Congreso en las que combina el tono serio en la petición de explicaciones con otro más irónico que roza incluso la burla.
En opinión de Llamazares, la adjudicación de esta tarea a una empresa privada "arroja serias dudas sobre el tratamiento de datos muy sensibles", además hace sospechar de una "nueva maniobra previa a la privatización del Registro Civil".
Llamazares cierra su iniciativa con una serie de interrogantes redactados en tono más distendido. Así, pregunta si a cambio de que sea El Corte Inglés el que realice su inventario, las oficinas del Registro Civil van a poder vender "ropa, zapatos, alimentación o recuerdos para turistas", si impondrá un "5% de descuento" en la inscripción de nacimientos y matrimonio y éstas podrán financiarse con la tarjeta de compra de los famosos grandes almacenes.