Los trabajadores del Registro Civil de Orihuela son conscientes del colapso de un servicio que realizó el año pasado tres mil trámites de toda índole, entre inscripciones de nacimientos, defunciones o divorcios como los más usuales, además de tener que hacer cargo del papeleo de muchos extranjeros que tienen que regularizar su situación en España. El problema, como resalta María del Pino, del STAJ, es que es una cuestión generalizada entre todos los registros civiles de la Comunitat Valenciana, circunstancia que achaca a la falta de personal para encargarse de los miles de expedientes que tienen que elaborar cada año, que "viene provocado además por los recortes que se han llevado a cabo entre el funcionariado".
Pino destaca que es la propia Administración "la que no tiene ningún interés en poner medidas para paliar la escasez de recursos" y denuncia la infradotación del personal adscrito a ellos. Además destaca que la falta de medios técnicos es otro de los inconvenientes con los que se topan los registros "con sistemas informáticos obsoletos y ordenadores rotos o que se cuelgan a poco que se les satura de trabajo", una circunstancia que dice dista mucho de poder sacar el volumen de trabajo que tienen.
De la misma manera, desde el STAJ entienden que "al Ministerio de Justicia no le interesa poner soluciones a estos hechos y mientras son los ciudadanos los que pagan toda la cadena de fallos, además de los propios funcionarios".