En las huelgas, una estrategia bien diseñada puede ser la clave para alcanzar el éxito. Los sindicatos convocantes de la huelga en Justicia de Cataluña decidieron centrar sus esfuerzos en el flanco clave: el decanato de Barcelona, cuello de botella por donde pasan todas las demandas y escritos que luego se reparten entre los distintos juzgados. En diez días, la protesta ha logrado paralizar la tramitación de más de 3.000 expedientes, según los sindicatos.
La huelga ha sido seguida por una amplia mayoría de las 17 personas adscritas al servicio que recibe esos escritos y demandas. Solo seis han acudido a trabajar, lo que incluye servicios mínimos e interinos contratados para cubrir vacantes, denuncian los sindicatos.
Desde el inicio de las movilizaciones, esos miles de escritos -dos terceras partes aún se tramitan en soporte físico- permanecen en los archivadores del decanato, sin que los funcionarios sean capaces de darles salida. El TSJ de Cataluña y la Generalidad asumen que las demandas se están quedando atascadas en el decanato y que existe un problema.