Pese a que los jueces y magistrados tienen un régimen bastante estricto de incompatibilidades, una forma para redondear el sueldo son las clases de derecho, los cursos, las conferencias, los libros o preparar opositores, una actividad que supone unos 300 euros extra al mes, según un jurista conocedor de estas prácticas, que asegura que salvo honrosas excepciones son emolumentos que no se declaran a la Hacienda Pública.
El exjuez Baltasar Garzón, condenado por prevaricación en las escuchas a los abogados del 'caso Gürtel', aseguró poco después de su inhabilitación en una entrevista en La Sexta que hay muchos jueces del Supremo que cobran en negro conferencias o las clases como preparadores de oposiciones.
Pero no solo pasa en la carrera judicial. También entre los fiscales y los secretarios judiciales se llevan estas prácticas. «Existe este negocio, todo el mundo lo sabe», asegura el portavoz de la Unión Progresista de Secretarios Judiciales, Carlos Artal. Una de las soluciones que propone Artal es la regulación expresa en la próxima Ley Orgánica del Poder Judicial de estas actividades un tanto oscura.