Los jueces y fiscales lo tienen clarísimo: Alberto Ruiz-Gallardón es el peor ministro de Justicia que ha tenido la España democrática y el que puede llevar a nuestro país a una involución a niveles dictatoriales de 1975. Gallardón ha conseguido lo que parecía imposible: unir a jueces y fiscales conservadores y progresistas en contra de una política que es de auténtico "escándalo", según la califican en la judicatura.
Los jueces y fiscales cargan contra un ministro que culpa a las Asociaciones de la politización, mientras que, paradójicamente, para justificar ante los ciudadanos el incumplimiento de su programa electoral, "ha llegado a afirmar que la elección de los Vocales por las Cámaras despolitizará el CGPJ".
Pero éste es, según los juristas, el "motivo oculto" para tanta falacia: "Dominar el CGPJ, suprimir de facto la independencia judicial (que, como la tutela judicial efectiva, se convertirá en una mera declaración carente de contenido) e imponer a los jueces y fiscales un trabajo inasumible que permita crear espacios de impunidad. Impunidad de la que, por una u otra vía, se han de beneficiar los diversos implicados en casos de corrupción extremadamente graves que estamos conociendo".
Se trata de una denuncia gravísima contra un ministro que, según los jueces, ha creado hasta "escándalo" y alarma social por su política de indultos, con los que se constata "la existencia de esos espacios de impunidad" de la que hablan los jueces. "Precisamente por ello", dicen en su manifiesto, "la apuesta de nuestros gobernantes es reducir el presupuesto de Justicia, asumir el control de su órgano de Gobierno y reducir un 25% el número de jueces y fiscales del país que menos tiene en Europa; y a los pocos que quedan, ponerles a sustituir en varios órganos y con plena responsabilidad en todos ellos".