El Tribunal Constitucional es una «rara avis» en el sector público, ya que no ha visto reducido su presupuesto por los efectos de la crisis. Antes de la recesión, en 2007, el intérprete de la Constitución gastó 20,4 millones de euros; en 2011, la suma ascendió a 23,2 millones.
Amparado por su autonomía presupuestaria, el TC derrocha en viajes alrededor del mundo, retratos al óleo y jardines millonarios.
El coste total de los viajes del TC alrededor del mundo en 2011 supuso según anunció su presidente «el 2,5 por ciento de la partida de gastos corrientes». Esto se traduce en 144.800 euros. Sala matizó que no hay gastos de alojamiento «porque siempren corren a cargo del anfitrión», pero no reveló cuánto le cuesta al Tribunal los alojamientos en España de las delegaciones extranjeras: la costumbre marca que se devuelvan las invitaciones.
Otras importantes partidas de dinero invertidas por el TC son los 59.400 euros que costó el retrato al óleo de la expresidenta María Emilia Casas o los 107.000 euros que se abonaron a tres empresas para arreglar el jardín de la sede.