El nuevo plan de ajuste que elabora el Gobierno se sustenta en tres patas: prestación de paro, pensiones y empleados públicos. El Ejecutivo baraja múltiples medidas para recortar el gasto público, entre ellas, se incluiría la posibilidad de eliminar una paga extra -la de Navidad- a los funcionarios, así como un nuevo recorte de las pensiones futuras, calculando la prestación sobre toda la vida laboral en lugar de los últimos 25 años, como estableció la última reforma del sistema.
Fuentes cercanas a Moncloa aseguran que Hacienda ultima la supresión de la paga extra de Navidad de los empleados públicos, una medida que no se limitaría a este ejercicio y que se mantendría varios años. A diferencia de la subida de impuestos -donde la previsión de ingresos es eso, una previsión- el recorte de una paga extra supone un ahorro seguro e inmediato, que alcanzará los 4.000 millones.
Una medida similar ya ha sido aplicada en Portugal. El Gobierno luso suspendió desde 2012, y en principio hasta 2015, las pagas extras de verano y Navidad a los funcionarios públicos y los pensionistas. La medida, una de las adoptadas para reducir el gasto público, fue muy contestada desde la oposición y los sindicatos.